Aún no te he visto pero ya te quiero. Espero ansioso el momento de poderte mirar a los ojos, los cuales presiento terriblemente hermosos. Espero ansioso un abrazo que nos funda como si fuéramos uno solo.Me produce escalofríos imaginar la vida sin ti, ahora que sé que estas decidida a encontrarte conmigo.
Nada importa, solo tu presencia. Un solo signo de vida tuyo hace que me olvide de los problemas y sinsabores que me proporciona la vida. Me haces feliz sabiendo que existes, aunque por el momento tengamos que estar separados. Pero no desesperes querida mía, pues ya falta poco para romper las barreras y empezar juntos una nueva vida. Una nueva vida que se antoja feliz y placentera. Tanto que temo los celos de Dios e intente romper estos lazos tan fuertemente formados.
Si dichoso me siento ahora, ¿cómo me sentiré cuando estemos juntos?, ¿Moriré acaso de dicha y felicidad?. No podré evitar temblar si algún día sintieras hacia mí la mitad del amor que siento yo por ti. Soy torpe en palabras que describan mis emociones, pagaría gustoso por ser poeta, para decorarlas como solo tú te mereces. Sufro en mi soledad y espero impaciente tu pronta aparición. Sin haberte conocido ya té hecho de menos.
Tan solo quedan tres meses para la cita. Por favor hija mía, no te demores más de lo previsto.
OTRO PENSAMIENTOS OJOS Era única en el mundo entero. Yo lo sabía, por como se movía, como hablaba, como sentía… pero especialmente por como miraba. Sus ojos eran algo especial, hablaban por si solos. Bastó que se cruzasen con los míos para darme cuenta de aquello. Eran de un color sobrecogedor, un verde intenso abrazado por la calidez del castaño. Recuerdo la primera vez que se cruzó conmigo, fue tan… profundo, si esa sería la palabra que definiría aquel momento. Entonces empecé a recordar todas las miradas que se habían cruzado en mi camino, todos los ojos que se habían posado sobre mi, toda esa gente que intentó en vano decirme algo y se quedó con la boca abierta y una mirada incomprensible. Ella fue especial, permaneció quieta, sonriente y sus ojos posados en los míos comenzaron a contarme su historia, sus sentimientos, sus pensamientos, sus anhelos y sus angustias. Toda una vida pasó a través de mi, como si yo fuera el receptor de aquella singular emisora de tan bello porte.
Así pasaron días, meses, años… y cada día me relataba con su mirada como había ido todo. A veces me miraba avergonzada, pero con admiración. Otras tantas sus ojos dejaban escapar la pena entre lágrimas obtusas, otra relación rota. Las que más predominaban eran esas que insinuaban que era una luchadora y que se sentía orgullosa de ser quien era, y entonces sus ojos rebosaban triunfo y alegría. Yo seguía bebiendo incansable de aquella mirada, pero era incapaz de decir nada. Solo disfrutaba enlazando mis ojos a los suyos. Me emborrachaba de recuerdos ajenos, de sentimientos ocultos…
Ella me hizo recordar… recordar tanta gente… tantas caras… dolor, resentimiento, tristeza, hastío, cansancio, felicidad, esperanza, nostalgia, pudor, gloria, triunfo, orgullo, envidia, ambición, desasosiego, ternura, cariño, soledad… todas esas caras pasan por mi memoria.
Hubo un día en que ya no la volví a ver más y mi corazón quedó petrificado. Ahora solamente veía caras, pero no conseguía ver más allá de lo evidente del rostro. Nunca más vi ni conocí a nadie que consiguiera hablarme con sus ojos, ni de ninguna de otra manera. Mi única compañía son los pájaros que cantan posados en mí. A veces, pienso en aquella chica, que luego fue mujer y más tarde anciana. Que no faltaba un día a su cita conmigo, una vieja estatua, confidente del mundo y testigo de la historia. Se fue, para siempre… y mi corazón se fue con ella, convertido en una piedra oscura y sin calor. Fueron esos ojos los que me dieron la vida, fueron esos mismos los que me la quitaron. Pero todo pasa, el tiempo avanza y algún día nadie sabrá por qué sigo existiendo y me harán añicos, me romperán en mil pedazos, hartos de ver una estatua que poco a poco se va cubriendo de moho y excrementos de pájaros. Será entonces cuando pasaré a formar parte del mundo para siempre, convertido en diminutas partículas. Será entonces cuando forme parte de aquella preciosa mujer que llenó de vida mi inerte cuerpo, será entonces cuando seremos uno.Polvo eres y en polvo te convertirás.